¿Qué deberías tener en cuenta a la hora de elegir vehículo?

En las siguientes líneas encontrarás algunos de los aspectos clave a tener en cuenta:

🟦Preupuesto: Es muy importante que definas la cantidad (total o mensual) que quieres -o puedes- destinar a la adquisición -o a “disponer” (son cosas parecidas pero no iguales)- de un vehículo, y CEÑIRTE, lo más posible, a este.


🟥Estética: Este es un aspecto que va perdiendo peso a medida que vamos cumpliendo años, cediendo terreno ante otros factores como la funcionalidad, ergonomía, economía… Sin embargo, nunca deja de ser un factor que influye, en mayor o menor medida, la decisión de compra. ¿No crees?


🟧 Alimentación: NO. No te voy a sugerir que cambies tu dieta por el simple hecho de cambiar de coche. Lo que pasa es que hasta hace bien poco, esta cuestión se reducía a elegir el tipo de combustible que propulsaría nuestro vehículo, esto es, GASOIL (motor DIESEL) o GASOLINA.

Pero esta «dicotomía del combustible» ya no sirve. Los vehículos, actualmente, pueden estar alimentados por gasolina, por electricidad, por una combinación de las dos anteriores, por gasoil, por gas, por hidrógeno…

Y, ¡OJO! Que esta sí que es una decisión CRUCIAL. Procura sacudirte los prejuicios antes de enfrentarte a ella. Infórmate de fuentes confiables y sé absolutamente pragmático a la hora de tomarla.


🟩 Confort de marcha: Prueba SIEMPRE el vehículo antes de comprarlo. Y, a poder ser, que sea una prueba larga. Especialmente, si piensas pasar muchas horas al volante.

Hay quien piensa que un coche nuevo, por el hecho de serlo, tiene que andar bien, y en cierto modo, esto es cierto, pero con matices: suspensiones más o menos duras, asientos más o menos ergonómicos, un acceso al interior más o menos cómodo, son sólo algunos ejemplos de estas posibles diferencias.

Pueden parecer simples detalles, pero de no tenerlos en cuenta, podrías arrepentirte al poco de haber realizado la compra. No serías el primero.
Así que, NO, no dejes de probarlo antes de cerrar la compra.


🟦 TCO: Aquí entran en juego multitud de factores, tales como el consumo, el plan de mantenimiento, el desgaste, posibles beneficios fiscales o de otra índole, como estacionamiento gratuito (en algunos municipios, según etiqueta medioambiental), entre otros.


Mi última recomendación es que analices las distintas fórmulas de adquisición disponibles, atendiendo a las ventajas e inconvenientes de cada una de ellas, como, por ejemplo, un mayor o menor coste financiero y/o una mayor o menor cobertura de riesgos tales como la volatilidad de precios, que podría impactar negativamente tanto en el valor futuro del propio vehículo -comprometiendo su futura reventa-, como en los productos y servicios asociados que podrían experimentar incrementos de precio durante la vida útil del mismo.

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