«Range Anxiety»

El «range anxiety» es un fenómeno que se asocia normalmente a la conducción de vehículos eléctricos, debido a la, aún, relativamente baja presencia de puntos de carga en nuestras carreteras.

Sin embargo no es un fenómeno exclusivo de esta tecnología. De hecho yo lo experimenté conduciendo un vehículo de combustión, en concreto, de gasolina.

En las próximas líneas te cuento mi historia.

Volvía de una formación en Madrid, y aproveché para hacer algunas llamadas mientras conducía. ¡Craso error!

Para cuando quise darme cuenta, ya se había encendido el testigo de la reserva. El caso es que no tenía ni idea de en qué momento lo había hecho. Es decir… ¿Llevaría 20 kilómetros conduciendo con la reserva o serían más de 50? De hecho, podían ser muchos más…

En ese momento comienzan los sudores fríos, la vista empieza a nublarse y el tiempo se ralentiza. Y, como «Murphy» siempre está al acecho en estas ocasiones, los kilómetros se sucedían sin que asomara estación de servicio alguna…

No me suele gustar salirme de la autovía para repostar, pero… ¿acaso podía elegir? Estaba claro que no, por lo que en cuanto vi la primera señal anunciando una gasolinera en la siguiente salida, no lo dudé.

Pero… ahora viene lo «mejor»…

O bien la señal que creí ver no fue más que un espejismo producto de un estado de conciencia alterado por el pánico, o, al desmontar la gasolinera que solía estar allí, olvidaron llevarse la señal que la anunciaba.

Para colmo de males, era ya noche cerrada. Y, ahí estaba yo, conduciendo por una carretera interminable a medio asfaltar, flanqueada por unos, igualmente, interminables maizales, sin rastro de civilización en varios kilómetros a la redonda…

Cuando ya había asumido que mi destino era quedarme tirado en medio de la nada, llegué a un pueblo donde unas amables lugareñas me indicaron que la gasolinera más próxima se encontraba en una población colindante a 8 kilómetros de allí.

¡8 kilómetros? ¡Madre mía! ¡Si para entonces calculo que debería haber agotado la reserva al menos un par de veces!

Desde ese momento, apliqué todas las técnicas de ahorro de combustible conocidas: calefacción apagada -en realidad, lo estaba hacía ya rato, a pesar de las bajas temperaturas-, conducción a vela, cuando la orografía lo permitía, y minimizar las osclilaciones del motor, evitando aceleraciones bruscas, cuando no.

La angustia que sentí durante esos interminables kilómetros es indescriptible, tanto como la sensación de alivio al colocar por fin mi coche junto a aquel surtidor que desde entonces tiene un lugar especial en mi corazón…

Bueno, pues para quien no conociera lo que es el «range anxiety», si has leído hasta aquí, puedes hacerte una ligera idea de qué va…

No hagas como yo. Planifica, llena el depósito antes de salir y evita distracciones tontas como una conversación telefónica que no vaya a resolverse en menos de 5 minutos.

Abrir chat
Hola
¿En qué podemos ayudarte?